La morsa, u Odobenus rosmarus, es un gran mamífero marino distinguido por sus largos colmillos, cara con bigotes y su cuerpo masivo cubierto de grasa. Habita en regiones árticas y subárticas, formando a menudo grandes grupos sociales sobre el hielo. Las morsas son conocidas por su capacidad única de usar sus colmillos para apoyarse en el hielo y su papel vital en el ecosistema marino como alimentadores bentónicos.

La morsa (Odobenus rosmarus) es nativa de las regiones árticas y subárticas del hemisferio norte. Su distribución geográfica incluye las áreas costeras y las regiones de la plataforma continental del Océano ártico y los mares subárticos del hemisferio norte. La especie se encuentra predominantemente en las áreas alrededor del Círculo Polar ártico, incluyendo las costas e islas de Rusia, Groenlandia, Canadá y Alaska (EE.UU.), así como en los mares de Bering, Chukchi y Laptev.

Las morsas habitan en aguas frías y heladas donde está presente el hielo marino, el cual utilizan como plataforma de descanso y para el parto y la crianza de sus crías. Se encuentran comúnmente cerca de las aguas poco profundas de la plataforma continental, donde pueden bucear fácilmente para buscar alimento. El clima en estas regiones se caracteriza por temperaturas frías, hielo marino estacional y largos inviernos con veranos cortos y frescos.

Las morsas son mamíferos marinos que ocupan un nicho como alimentadores bentónicos, consumiendo principalmente moluscos como almejas, así como otros invertebrados que se encuentran en el fondo del océano. Sus grandes colmillos son utilizados para salir al hielo y para forrajear, perturbando el fondo marino. Juegan un papel crucial en el ecosistema marino del ártico, influyendo en la estructura de la comunidad bentónica y sirviendo como presa para osos polares y orcas.