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Tángara Escarlata

La Tángara Escarlata, con su cuerpo rojo ardiente y sus alas negras contrastantes, enriquece los bosques de América del Norte cada verano. Una maestra del disfraz, las hembras se mezclan con el follaje con sus tonos oliváceos. Estas aves migratorias se alimentan de insectos y frutas, desempe?ando un papel vital en los ecosistemas forestales.

5 años
Esperanza de vida
Preocupación menor
Estado de conservación
Estable
Tendencia poblacional
Rango de distribución de Tángara Escarlata
La Tángara Escarlata (Piranga olivacea) es nativa de América del Norte. Se encuentra principalmente en las regiones orientales de los Estados Unidos y las partes meridionales de Canadá. Durante la temporada de reproducción, ocupa el noreste hasta el centro de los Estados Unidos, extendiéndose a partes del sureste de Canadá. En invierno, migra al norte y oeste de América del Sur, particularmente en áreas como las estribaciones andinas y los bosques de tierras bajas.
Hábitat de Tángara Escarlata
Condiciones ambientales
Durante la temporada de reproducción, la Tángara Escarlata prefiere bosques deciduos y mixtos, especialmente aquellos que contienen robles. Se desarrolla en bosques maduros con una alta cobertura de dosel. La especie busca follaje denso tanto para alimentarse como para anidar, ya que generalmente se encuentra en la parte superior de los árboles. En invierno, el ave migra a bosques tropicales y puede habitar en los bordes de los bosques y en el crecimiento secundario en América del Sur. El clima en su hábitat de reproducción es templado, mientras que en sus áreas de invernada experimenta climas tropicales y subtropicales.
Nicho ecológico
La Tángara Escarlata ocupa el nicho de un insectívoro y frugívoro de nivel medio en el bosque. Se alimenta de una variedad de insectos como escarabajos, orugas, hormigas y avispas, así como de una selección de frutas y bayas. Esta dieta se inclina más hacia el consumo de frutas durante los meses de invierno en sus hábitats tropicales. La especie juega un papel en el control de las poblaciones de insectos y potencialmente en la dispersión de semillas a través de sus hábitos de alimentación de frutas.